domingo, 6 de abril de 2008

Aurora Gámez en Breviario, de ALAS

Publicado por ALAS con la colaboración del Instituto Andaluz de la Mujer y el Ayuntamiento de Málaga.
DL: 8482-2003

Del prólogo

Hay ocasiones en que la brevedad es extrema y requiere, por tanto, una mayor intensidad expresiva, tal es el caso de los textos de Aurora Gámez, en los que narración y lirismo se funden para atrapar sensaciones: la difícil tarea de dar cuenta de la impresión sensorial (luces, sonidos) permite ―cuando se hace con oficio― acertadas sinestesias como ésta: “mi cuerpo limpio agradeció la seda de la luz solar”.

Francisco Ruíz Noguera


I
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Levanté la vista al instante, el sonido atravesó la estancia como un rayo, la claridad de la tarde se ausentó de pronto. Desperté de un sueño de mil años, en él sentí pasar la vida.

II
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La luz me regaló un sueño de sentidos, pensé en ceder a la presión, pero me equivoqué; perdiendo así el tren de la emoción sufrida.


III
.

Sentada en el azul del embarcadero, soñaba que sentía dulce abrazo. Mas cuando abrí los ojos a mi vida, tornó mi soledad en esperanza.


IV
.


Después del baño me senté desnuda en el salón desierto, mi cuerpo limpio agradeció la seda de la luz solar. El ventanal enmarcaba un cielo de embeleso. Sentí eternizar la brisa en el instante mismo de la sinceridad.


V
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Sonó el móvil. El reloj marcó las siete en punto. Al levantarme, me encontré en otra vida, extraña de mí misma, me vestí y seguí respirando como siempre.

VI
.


¿Cómo estás? Me preguntó sinceramente.
Bien, gracias.
Y pensé que el ritual había terminado.


VII
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Me permití llorar amargamente.
Sequé mis lágrimas para encontrarme con tus ojos de adulto.
Hijo, tu madre no te puede librar siempre de todo mal.
Me despedí.
Me permití llorar amargamente.

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