domingo, 21 de marzo de 2010

¿EXISTE UNA LITERATURA DE MUJERES Y OTRA DE HOMBRES?

¿Hay una literatura de mujeres y otra de hombres? Si la ha existido es por la posición hegemónica y androcéntrica del lenguaje. La subordinación cultural de la mujer hizo que existiese literatura femenina. Esta literatura no siempre fue escrita por mujeres sino por varones con clara vocación de educar a éstas en modo de vida subordinado. Actualmente si no hay literatura de mujeres si la hay escrita por mujeres. Es necesario inventar o crear el lenguaje que nos nombre. Un lenguaje igualitario que de momento no viene de la mano de académicos precisamente. La gente en general hace evolucionar el lenguaje utilizándolo y este está siendo el caso. Desde el Arte se puede transgredir e inventar, eso propongo cuando escribo. Jugar con el lenguaje y con las imágenes simbólicas para crear nuevas realidades.
Hay mujeres que escriben y llegan a editar sus obras, a venderlas. Entran en lo que se reconoce como Literatura con mayúscula. Se les estudia, se difunde su obra y recomiendan a lectores. La realidad histórica nos demuestra que existe un techo de cristal, que ha impedido que las escritoras se encuentren en estos puestos visibles. Es un ejemplo los libros de texto anteriores a la Ley de Igualdad. La obligatoriedad en el sistema educativo español de revisar los textos en libros y material escolar dedicados a la enseñanza con perspectiva de género pretende evitar en adelante la discriminación por razones de sexo.
La revisión del lenguaje con perspectiva de género es tarea de mujeres y de hombres. Quienes insistan en un lenguaje androcéntrico y machista quedarán anticuados. La gente cuando habla ya nombra en femenino y en masculino y utilizan palabras generales, neutras que incluyan ambos sexos.

miércoles, 10 de marzo de 2010

SORORIDAD

Os regalo una palabra: sororidad, solidaridad entre mujeres. Me la regaló una gran mujer, Marcela Lagarde antropóloga y filósofa, en la primera página de la segunda edición de Género y Feminismo, (Desarrollo humano y democracia, 1998); me la volvió a regalar en la edición de Claves feministas para el poderío y la autonomía de las mujeres que editó el Instituto Andaluz de la Mujer en 1999.
La sororidad está basada en el mutuo reconocimiento de autoridad entre las mujeres. Recomienda oír atentamente a cualquier otra mujer que habla, independientemente de su ideología y de sus creencias. Por tanto, la propuesta de Marcela es la sororidad como pacto político entre mujeres. Contiene un sentido filosófico que se opone a la opresión de género y cualquier otra forma de opresión sobre la tierra. Es por tanto un pacto basado en el reconocimiento a la diferencia, en el hecho de ser diferente y no en el hecho de pensar igual.
La sororidad profundiza en la afectividad entre las mujeres, contrapuesta a la hostilidad que históricamente se propició entre iguales. Para entenderla hace falta separar la herencia cultural que nos han transmitido, de manera crítica, desmontar todo lo que nos han comunicado y que nosotras mismas hemos transmitido. Hemos de empezar a sentir que los procesos de socialización vividos no son intocables y que la herencia cultural es un legado que puede ser criticado y decostruido.